Marco dice:
Reiki está compuesto por dos palabras: Rei y Ki, que juntas significan “Energía Vital Universal”.
Cuenta la historia que Mikao Usui, un teólogo japonés, inició una búsqueda para entender por qué personas especiales como Buda y Jesús podían sanar a otros con la imposición de manos.
Durante años investigó en bibliotecas y textos antiguos. Finalmente conoció al abad de un monasterio cercano, quien le explicó que antiguamente las personas ayunaban y meditaban para superar sus problemas. Se retiraban a la cima de una montaña sagrada en busca de respuestas, aunque en esa época era muy peligroso.
Aún así, Usui no se dejó detener y emprendió su propio camino.
En la cima de la montaña colocó 21 piedras frente a él. Cada día lanzaba una para llevar la cuenta. Durante semanas no ocurrió nada, pero en la mañana del día 21 entró en un trance profundo.
Vio una luz blanca intensa y en ella patrones que reconoció de los textos de Buda. En ese momento comprendió cómo usar ese conocimiento.
En su último día descendió para compartir su experiencia. En el camino, se golpeó el dedo del pie. Instintivamente puso las manos sobre él – y el dolor desapareció. Luego ayudó a alguien con dolor de muelas y también en este caso, el dolor se desvaneció.
Pronto, la gente hacía fila para recibir sanación de él.
Como no podía hacerlo solo, comenzó a enseñar a otros a sanarse a sí mismos. Así nació el método que hoy conocemos como Reiki.
Mikao Usui falleció en marzo de 1926, pero su legado sigue vivo.